Chicas, chicas, chicas!!!
Que tengo una cosita que contaros!!
Hace una semana tomaba café con mi mejor amigo en un bar al que suelo ir bastante. Había poca gente, como acostumbra a ser. Yo estaba sentada en una mesita de esas altas, y en la mesa baja de enfrente un par de jovenzuelos en los que no reparé lo más mínimo.
Pasados unos minutos, uno de ellos se da la vuelta y me mira fijamente durante... ¡cinco segundazossssssssss!! Sí, sí, reiros, pero por favor, metéos en el papel. Imagináos que sois el tipo, girad la cabeza y mientras ponéis mirada descarada contad cinco segundos... buahhh!! ¿A que es una pasada?
Yo aluciné un poco (sobre todo porque era la primera vez que le veía, e imagino, él a mí, así que ni siquiera sabía si mi amigo era mi novio, y aún así el tío se lanzó...) pero aluciné más cuando me miró de la misma manera unas 6 veces más.
Dios mío, qué divertido, yo ya era consciente del juego y estaba encantada, manteniéndole la mirada todo lo provocadora y seria que pude.
Pero me tuve que ir...
Por si acaso, ya he dejado dicho a los camareros que me avisen cuando vuelva, y mientras pienso en qué hacer la próxima vez...
¡Ojalá la haya y os lo cuento!